El galardonado, como no, fue JIMMER FREDETTE, el guard de BYU tras dejar atrás en las votaciones a los otros 3 nominados: Kemba Walker, Nolan Smith y Jarred Sullinger.
Es la tercera vez que el ganador de dicho trofeo es un jugador de la Mountain West Conference, ya que antes fueron Andrew Bogut (Utah) y Larry Johnson (UNLV).
Con una forma peculiar de jugar, y en un equipo limitado como es el mormón, Fredette ha culminado una temporada de ensueño incluso se plantaron en los Sweet 16 haciendo que un grupo de jugadores más bien mediocres pero muy sacificados, entrasen en los mejores 16 equipos del pais. Todo un logro y creo que gran parte de su mérito está ahí, ya que aunque había pocas dudas sobre el posible ganador, las pocas que podían surgir eran por Kemba Walker, pero hay que decir que este jugador tenía más calidad en sus compañeros que la que podía tener nuestro protagonista de hoy. Apostaría a que si Fredette no formase parte de BYU, este equipo hubiese pasado totalmente desapercibido este año.
Pues bien, este jugador natural de Great Falls, NY, ha sido capaz de promediar 28,9 puntos por encuentro, 4,3 asistencias y 3,4 rebotes. Con unos porcentajes del 40% en triples, del 45% en tiros de campo, y del 90% en tiros libres. Ha pasado 16 veces de 30 puntos en un encuentro esta temporada, y de ellas, 4 veces por encima de 40 y una por encima de 50. Es un anotador puro, con instinto asesino, fuerte, y capaz de penetrar tan bien como de tirar desde cualquier posición. Sus piernas le permiten conseguir muchos dos más uno, y tiene un caracter ganador que nunca se arruga. Aún así, sigue siendo un jugador blanco de poco más 1,80, lo que llama poco la atención a los scouts de la NBA. Sería un gran jugador en Europa, muy del estilo del actual jugador del Gran Canaria en ACB JAYCEE CARROLL.
Ver veremos que le depara su futuro y si este premio, le ayuda a escalar puestos en el próximo draft de la NBA. Yo creo que lo tiene diícil.
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