Nada mas y nada menos que 900 Km que si uno mira el mapa, le da la risa de las horas que ha pasado en carretera, y lo poco que ha avanzado en el mapa norteamericano. Pero aquí, en el pais de los yankees todo es a lo grande, y las distancias también.
Fue facil dar con el Ford Field, porque te estampas con él de la que estás entrando en el Downtown de Detroit, y su tamaño descomunal hace complicado no percatarse de su situación.
Quiero destacar que este estadio NO es de baloncesto, sino de Futbol Americano, con lo cual ya os podeis imaginar sus dimensiones. En él juegan los Detroit Lions de la NFL, y de vez en cuando algun partido de baloncesto importante pero utilizando nada más que la mitad de las gradas. Pegado a él, el Comerica Park, estadio de baseball de los Detroit Tigers de la MLB. Sin embargo los Detroit Pistons juegan a las afueras en Auburn Hills, en el Palace.
Para esta ocasión no sería así: más de 75.000 espectadores cada uno de los 2 días. Espectacular.
Una vez localizado también el hotel, mi mayor preocupación era conseguir aparcar el coche en las cercanías del pabellón. Al final no fue cosa dificil, y sirvió para nuestra primera toma de contacto y cariño con los seguidores de los Spartans, que acaparaban parte de los parkings con barbacoas, música y como no, cervezas. Podría decirse que jugaban "medio" en casa, ya que Michigan State, aunque no esta situada en Detroit, pertenece al estado de Michigan, pero esto era más que suficiente para hacer que el color predominante en las calles de la ciudad fuese el verde.
También he de decir que se veían muchos aficionados con indumentarias de equipos que ni siquiera estaban en la Final Four (entre ellos yo con mi camiseta de Wake Forest), sobretodo Kansas, Kentucky, Wisconsin, y como no de los otros 3 clasificados para el evento final.
Casi nunca había oido hablar de los Green hasta la famosa Final Four en que habían quedado campeones con aquellos jugadorazos: Mateen Cleaves, Morris Peterson, Andre Hutson, Anagonye... y como no, de cuando Magic Johnson vestía la misma camiseta y también se plantó en la final contra Larry Bird y sus Indiana State, pero francamente nunca han sido un equipo que me trasmitiesen muy buen feeling, más bien al contrario, no eran santo de mi devoción, pero sin embargo, este viaje ha servido para cogerle un cariño especial a los Spartans.
La primera de las semifinales enfrentaba precisamente a los teóricos locales, contra la poderosa Connecticut. Los Huskies eran los favoritos para llegar a la final igual que los Tar Heels.
De los 3 partidos vividos en la Final Four, este fue el más bonito sobretodo porque fue el más emocionante. Además pudimos ver en todo su esplendor a jugadorazos como Thabeet y Adrien por un lado, o a un maravilloso Kalim Lucas, o Raymar Morgan en el otro bando.
Igualado al descanso, fue Michigan State quien supo jugar mejor la segunda parte, y llevarse el partido finalmente contra todo pronóstico. Las gradas al unísono se unían en el grito de guerra de los Spartans: GO GREEN, GO WHITE!!
Casi nunca había oido hablar de los Green hasta la famosa Final Four en que habían quedado campeones con aquellos jugadorazos: Mateen Cleaves, Morris Peterson, Andre Hutson, Anagonye... y como no, de cuando Magic Johnson vestía la misma camiseta y también se plantó en la final contra Larry Bird y sus Indiana State, pero francamente nunca han sido un equipo que me trasmitiesen muy buen feeling, más bien al contrario, no eran santo de mi devoción, pero sin embargo, este viaje ha servido para cogerle un cariño especial a los Spartans.
La primera de las semifinales enfrentaba precisamente a los teóricos locales, contra la poderosa Connecticut. Los Huskies eran los favoritos para llegar a la final igual que los Tar Heels.
De los 3 partidos vividos en la Final Four, este fue el más bonito sobretodo porque fue el más emocionante. Además pudimos ver en todo su esplendor a jugadorazos como Thabeet y Adrien por un lado, o a un maravilloso Kalim Lucas, o Raymar Morgan en el otro bando.
Igualado al descanso, fue Michigan State quien supo jugar mejor la segunda parte, y llevarse el partido finalmente contra todo pronóstico. Las gradas al unísono se unían en el grito de guerra de los Spartans: GO GREEN, GO WHITE!!
Además esta semi nos dejó la jugada más espectacular de esta fase final, un mate "in your face" de Durrell Summers sobre Stanley Robinson. Todo el Ford Field vibró con ese jugadón, y aún más cuando lo pudimos ver más de cerca desde los videomarcadores. Aquí os dejo el video para que lo saboreéis:
Entre una semi y otra, tocaba cargar energía, y que mejor para ello que todo lo que se ofrece en los establecimientos americanos: coca-cola, palomitas, nachos y hot-dogs. Una delicia!!
La otra semifinal me atraía más a priori, sobretodo porque llegaba enamorado de los Wildcats de Villanova tras su espectacular pase a la Final Four, y sobretodo de un Scottie Reynolds que en su segundo año en college, estaba demostrando su valía, y más después del canastón en el último segundo contra Pittsburgh en la final regional gracias al cual se encontraban en Detroit.
Sin embargo el varapalo fue grande porque por un lado North Carolina jugaba de manera aplastante, y las excesivas individualidades de Nova tiraban por la borda cualquier posibilidad de poder llevarse el partido. Pauperrimos porcentajes de tiro para ellos, y contra un cuarteto como Hansbrough-Green-Ellington-Lawson es imposible poder optar a una mínima posibilidad de ganar.
Al final partido fácil para los de Chappel Hill, y una pena porque careció de todo momento de emoción.
En medio de las semis y la final disponíamos de un día libre que amaneció con sorpresón. Cuando abrimos la puerta del hotel por la mañana, nuestras caras reflejaban un gran asombro. Una gran nevada había cubierto la ciudad, y mis mayores temores de no poder volver en unos días a Boston, y en consecuencia perder el vuelo de vuelta a España, me vinieron a la mente.
Aunque no cesó de nevar, no nos impidió desplazarnos en coche a conocer la ciudad un poco más a fondo, y conocer los alrededores de Detroit, con algún que otro centro comercial, y turismo puro y duro.
El mismo día de la final, aprovechamos la mañana para seguir conociendo un poco más el Downtown y sobretodo disfrutar del HOOP CITY, toda una ciudad del basket montada para peques y no tan peques en el COBO Center, lugar donde dos días antes se habían disputado el concurso de mates y triples de la NCAA. Muchos juegos y concursos para estar entretenido un buen rato, muchas canchas para mostrar tus habilidades, y otra central donde había toda clase de espectáculos.
También pudimos visitar las infinitas tiendas de merchandising oficial de la Final Four y que copaban un montón de establecimientos de la ciudad.
De entre los rascacielos de Detroit destaca un grupo que pertenece a la General Motors, la mayor compañía de automoviles de norteamérica y dueña de FORD. No olvidemos que esta ciudad se la conoce como la Motor Town, o abreviadamente la MoTown precisamente por esto, y que ultimamente está atravesando una de sus mayores crisis, con mas de 50.000 despidos de personal de la compañia.
Luego camino al gran día. La gran final de la liga universitaria. Desde un principio los aficionados de Michigan State no mostraban ese rostro de confianza que tenían contra UConn. Nunca dejaron de alentar a su equipo, pero en sus caras, desde antes de empezar el encuentro se veía resignación. Parecía que ya sabían lo que se les avecinaba: un torbellino de color azul turquesa llamado North Carolina. Primero los que ya se sabía que no iban a fallar: Psycho-T, Ty, y Wayne, y con ellos se unió a la fiesta el freshman Ed Davis, que hizo muchísimo daño al juego interior Spartan. Por parte Green el único que dió la talla fue el que originó el milagro de que este equipo estuviese alli, Goran Suton, que en la semi pasó desapercibido, pero en la final jugó de nuevo a un gran nivel, parecido al que mostró en la final regional contra Louisville. No fue suficiente porque no estuvo acompañado y gran parte del merito de esto, estuvo en la gran defensa de los de Roy Williams.
Otro partido sin emoción pero a uno se le caía la baba viendo jugar a North Carolina, toda una verdadera obra de arte en movimiento, y también mirando a tu alrededor y haciendote consciente de donde te encontrabas. Imborrable.
La cosa se terminaba. Tocaba volver a Boston en otra jornada maratoniana. asi 1300 Km del tirón, gran parte de ellos con paisaje de color blando y mal tiempo, y esta vez como no hacía falta pasar por NYC, el trayecto varió de manera que en vez de atravesar Pensylvania, atravesamos el estado de NY (previo paso obligado por el estado de Ohio). Pasando por ciudades como Toledo, Cleveland o Buffalo el trayecto fue interminable, y se hácía mas largo y triste cuando uno se daba cuenta que al día siguiente todo habría terminado y había que volver a España, volver a la rutina, y sobretodo, volver a afeitarse.
En conclusión, toda una experiencia que espero repetir. En mi retina han quedado imagenes inolvidables, y en mi subcosnciente, cuando ciero los ojos, aún oigo...GO GREEN, GO WHITE!!!!!
Saludos bloggeros!!
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