Tras un viaje agotador, con todo calculado y cuadrado milimétricamente y al milisegundo puedo decir que el balance global de el mismo, en una puntuacion del 1 al 10, ha sido de 9.
No le doy le máximo galardón por una simple razón: me hubiese gustado que los partidos de la Final Four, sobretodo la semi de los Heels contra Nova, y la final, hubiesen tenido más emoción pero...no se puede pedir todo.
Dividiré el viaje en varios posts y este primero de hoy, lo centraré en los primeros diás de estancia en Boston y New York.
1 ABRIL 2009
Tras un viaje sin sobresaltos, quitando la media hora de retraso en la salida desde Madrid, aterrizamos en el Logan International Airport a eso de las 4 de la tarde hora americana. Tras recoger el equipaje, ponemos rumbo a las afueras de Boston, a Jamaica Plain donde John, un gran amigo (hasta el punto de considerarlo familia) esperaba por nosotros. El metro es una de las mejores formas de desplazarse por esta urbe, y además con la ventaja de que llega al aeropuerto, ya que este está muy cerca del centro de la ciudad, concretamente en East Boston, al otro lado del rio Charles.
Dejamos maletas, una buena ducha y rumbo al TS Banknorth Garden tambien en metro cogiendo la linea verde y bajandonos en North Station, ya que para el que no lo sepa, bajo el Pabellon se encuentra una estación de trenes de Boston, de ahí el nombre de la parada del metro.
Si os soy sincero, no daba un duro por el partido por varias razones: Garnett estaba lesionado y me perdería una buena oportunidad de verle jugar y ademas el rival, los Bobcats, no son uno de mis equipos predilectos porque no cuentan con jugadores que me llamen mucho la atención.
Sin embargo, la suerte nos dió la cara, y pudimos presenciar un partido muy entretenido, muy emocionante, y además con un ambiente extraordinario.
El único pero, se lo doy a 2 pesados que teniamos sentados detrás que no paraban de gritar "Paul Pierce MVP" y que con unas cervezas de más se convirtieron en un poco cansinos y mas despues de tantas horas en pie. Por cierto, la cerveza que ellos no se bebieron, estaba en nuestras cazadoras, que acabaron pingando.
Como impone el Garden, mirar hacia arriba y ver la cantidad de anillos en su haber, y la cantidad de números de jugadores míticos retirados. Se le pone a uno la piel de gallina.
Mucho espectáculo dentro y fuera de la cancha, y llegamos a conocer a un crío famoso por sus bailes en las gradas del Garden durante los tiempos muertos. Un crío con un ritmo dentro del cuerpo fuera de lo común, faceta que ya le había llevado a TV a programas famosos. Una delicia verle moverse.
A nivel baloncestístico, muy buen partido por los locales de Rondo y Pierce, y momentos puntuales que decantaron el partido de Allen y House. Por parte de Charlotte, brillante el base Felton, muy bien Wallace, Diaw, y una de las perlas del partido, el rookie Longhorn, D. J. Augustin. Al final, tras 2 prórrogas, victoria local en un partido que tenían más que perdido.
A destacar los nachos, hot-dogs y las palomitas que nos metimos entre pecho y espalda.
Tras el partido tocaba descansar ya que 24 horas en pie empezaban a notarse, y al día siguiente tocaba buena pateada por la capital de Massachusets para procurar no dejarse ni un solo detalle, ya que era el único día completo allí.
Metro de nuevo, con el consiguiente apelotonamiento de gente que también sale del partido, pero que rapidamente se hace fluido con la gran cantidad de trenes disponibles.
2 ABRIL 2009
Día totalmente turístico por Boston. Sigue siendo mi ciudad favorita a nivel mundial. Esa mezcla de tranquilidad, limpieza, seguridad, belleza, y sobretodo de calidad de vida, hacen de esta urbe mi preferida. Nunca me canso de andar por sus calles, de pasear por la ribera del Charles River, de sentarme en uno de los bancos del Common. Es la cuarta vez que visito la ciudad tras haber vivido allí casi un año, y de seguro que volveré otra vez.
Día totalmente turístico por Boston. Sigue siendo mi ciudad favorita a nivel mundial. Esa mezcla de tranquilidad, limpieza, seguridad, belleza, y sobretodo de calidad de vida, hacen de esta urbe mi preferida. Nunca me canso de andar por sus calles, de pasear por la ribera del Charles River, de sentarme en uno de los bancos del Common. Es la cuarta vez que visito la ciudad tras haber vivido allí casi un año, y de seguro que volveré otra vez.
Comenzamos el día con un desayuno "made in USA" osea, Dunkin Donuts y empezamos la visita por Washington Street, calle que va desde Chinatown y desemboca en el distrito financiero, o lo que allí se denomina Downtown.
A lo largo de ella, y en las calles que la atraviesan, se encuentran las mejores tiendas de la ciudad. Al que le gusta hacer "shopping" se puede tirar en esta calle horas y horas, y nosotros no disponiamos de tanto tiempo así que selecciono para no dejarnos el día ahí.
Tras afilar la Master Card varias veces, nos adentramos en la zona de rascacielos, y de ahí pasando por Beacon Hill y sus encantadoras calles, a la zona de parques: el Common y el Public Garden. Las vistas desde aquí son preciosas y hacia el norte se divisa la cúpula dorada del Mass State House que hace de entrada a Beacon Hill, hacia el este enfocamos el skycraper del Downtown, hacia el oeste la linealidad de las calles más importantes de la ciudad, junto con 3 edificios que sobresalen: La Torre Hancock, el Prudential Center y el Hynes Convention Center. Por último al sur destaca la imponente figura del hotel Four Seasons.
De los parques, pasamos a callejear por las calles más importantes de la ciudad: Boylston, Newbury y Commonwealth Ave.
Y después, al aeropuerto a recoger el coche que habiamos alquilado para estrenarlo en un trayecto al otro lado del Charles River, a Cambridge, para hacer una inmersión en el ambiente universitario de la mejor universidad del mundo: Harvard. Mil imagenes de la película "El indomable Will Hunting" me venían a la cabeza.
Como no, visita obligada a la estatua del Sr Harvard, y a tocarle el pie. Dice la leyenda que si le tocas el pie, seguro que vuelves a la ciudad. A mi como hasta ahora se me ha cumplido siempre, pues mantengo las costumbres y vuelvo a tocarselo.
Tocaba cenar, y Cheese Cake Factory era la elección que habíamos hecho. Gran cena pero sobretodo gran postre: "Carrots Cheese Cake". Como puede ser que no pueda probar las zanahorias porque no me gustan, y sin embargo, es la mejor tarta que he comido en mi vida.
También fue un día en el que me estrene como delincuente en USA, ya que había aparcado (inconscientemente) en una zona que a partir de cierta hora era solo para residentes, y ya tenía un "regalo" cuando volvimos al coche para retirar.
Obviamente no la pagué ni la pagaré (la broma fueron 40$)
3 ABRIL 2009
Tras un buen madrugón, y desayuno rápido de nuevo en DD, ponemos rumbo a la capital del mundo. Más o menos sabía como llegar, pero como siempre me gusta asegurarme, tiré de mapquest para que me diese la ruta exacta. No hizo más que confirmar la que yo tenía en mente, pero sirvió para darme cuenta de la primera metedura de pata que cometí en los preparativos del viaje. Las distancias que yo habia calculado, venían expresadas en millas en vez de en Km, asi que los supuestos 225Km entre Boston y NYC eran realmente 225Ml, osea 363Km. Y lo peor no era ese trayecto, sino el que haríamos al dia siguiente entre NYC y Detroit, ya que de 550Km que pensaba, eran realmente casi 900Km. Todo tiene arreglo, y con madrugar un poco más al dia siguiente, todo quedaría arreglado.
La lluvia acompaño todo el viaje hasta Manhattan. Tras atravesar todo el estado de Connecticut pasando por Hartford (ciudad natal del mítico John Pinone ex del Estu) y New Haven, cuna de otra de las más grandes universidades a nivel educativo, Yale, nos adentramos en el estado de NY, y el perfil del paisaje cambia por completo. La suavidad se trasforma en rudeza.
Entramos a la isla por el Bronx, pegados al Rio Hudson y con las vistas de New Jersey a nuestra derecha a medida que bajamos dirección al corazón de la ciudad.
Nuestro hotel, a la altura de la 97th Street hace que nos salgamos de la autopista y nos adentremos ya en el tráfico propio neoyorkino. Sin complicarse la vida dejamos el coche en un parking, y lloviendo como si nunca lo hubiese hecho, nos dirijimos al hotel, al menos para tenerlo localizado porque es muy temprano y aún no podemos hacer el check in.
Comenzamos la visita turística por Central Park, ya que es lo que mas cerca nos queda teniendo en cuenta que nuestro hotel estaba en el Upper West Side.
Como no disponíamos de mucho tiempo, vamos hasta la base del parque en metro, allá por la calle 59th, donde empezamos a callejear haciendo eses por todas las calles y avenidas comprendidas entre el cuadrante formado por la 5th Av y 8th Av, y la 59th a la 54th. En medio de todo esto: Rockefeller Center, Trump Tower, Nike Town, Apple Shop, Tiffany`s, St. Patrick's Church, NBA Store, Radio City Music Hall.
De ahí, pasamos a la zona más espectacular y que nunca deja de sorprender: Times Square, que coincide con el cruce de la unica calle diagonal de Manhattan, Broadway, con la 7th Ave.
Una maraña de rascacielos cuyas ventanas son pantallas y las luces y el colorido así como todos sus establecimientos, hacen que te quedes boquiabierto, dando igual las veces que hayas estado allí. Siempre volverás a sorprenderte. Allí mismo decidimos hacer parada gastronómica en Planet Hollywood para continuar camino bajando por Broadway pero el cansancio, y el saber que había que estar en pie a las 2 de la madrugada para poner camino hacia el estado de Michigan, hacen que retiremos bastante pronto.
No sin antes visitar tiendas tan variadas como: Hershey's, M&Ms, Paragon Sports...y pasemos por lugares tan míticos como Washington Square, Empire State Building o Flatiron Building.
Un día agotador, pero excitante y destroza pies. Cama a las 9 e la noche que el trayecto del día siguiente se las traía.
En el siguiente post, Detroit y todo lo que motivo este viaje: la FINAL FOUR de la NCAA
Saludos blogeros
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