TREY BURKE, MEJOR JUGADOR DEL PAÍS

Todos los años aparecen en las elecciones altas de los mock drafts jugadores que, aunque no sean los mejores técnicamente, sí lo son en temas físicos sobretodo de altura. Todos sabemos que están de moda los siete pies y todo lo disponible que se acerque a esta talla.
Este año el nivel de la lotería parece ser más bajo de lo esperado y los nombres que sonaban para aparecer en los tres primeros lugares, parecen poco a poco bajar en las predicciones:

• Nerlens Noel (Kentucky): la reciente lesión de rotura de ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda hace que elegirle en el primer lugar como era esperado se haga un riesgo. Primero queda saber si a pesar de la lesión se presentará al draft, y después, si lo hace, en que lugar le elegirán, lo que parece claro es que no será entre los 3 primeros.
• Cody Zeller (Indiana): El 7 pies de los Hoosiers, aspirante en preseason a jugador del año, sigue cumpliendo pero no deslumbrando. Sus 20p+10r son habituales pero no acaba de estallar. También optaba a ser un posible número uno pero poco a poco esa posibilidad, al menos en los mocks, parece diluirse.
• Mason Plumlee (Duke): Esta posibilidad se planteó al revés que los dos anteriores, ya que la posible opción de verle tan arriba fue por su impresionante comienzo de competición. Imparable. No es que ahora esté jugando mal pero quizás aparecen algunas de sus limitaciones técnicas. Eso sí, entrega y fuerza no le faltan.

Y así nos encontramos con nombres que al principio no sonaban tanto y ahora parecen estar de moda y todo el mundo da como posibles elecciones Top: Otto Porter Jr (Georgetown), Marcus Smart (Oklahoma St), Ben McLemore (Kansas)...

Y digo yo: ¿Qué pasa con TREY BURKE? 

Para mi, sin ninguna duda el mejor y más decisivo jugador de toda la NCAA esta temporada, brillando de manera continua con Michigan donde unas veces aparece Tim Hardaway Jr, otras Glen Robinson y otras Nik Stauskas, pero el que nunca falla es el base de 1,84m.

Trey Burke en pleno bote (Foto: Michigan)

Fuerte, rápido y eléctrico tiene un arsenal ofensivo de lo más variado: capaz de tirar con un defensor encima, de penetrar buscando el cuerpo a cuerpo gracias a su gran bodycontrol, alma de líder que siempre busca la bola en los instantes decisivos y un excelente jugador del pick and roll. A esto sumamos su gran inteligencia y buena lectura de juego. 

En su segundo año con los Wolverines está demostrando que está llamado a ser uno de los grandes en la NBA ya que muchos de sus dribblings nos recuerdan a Kyrie Irving, que recordemos ya fue número uno del draft del 2011 contra todo pronóstico y habiendo jugado solo un puñado de partidos con los Blue Devils.

Para mi, el número uno debería ser este jugador y no otro.

Anoche, en otra de sus exhibiciones, en un partido feo, de poca anotación, y contra el rival histórico de siempre, Michigan State Spartans, volvió a decidir en los instantes finales con canastas decisivas y el robo de balón que dio la victoria por la mínima a los suyos: